El corazón espiritual –una máquina transformadora de aspiración en progreso.
El corazón espiritual es un lugar dentro de nosotros donde podemos sentir nuestro ser interior. No forma parte de nuestro cuerpo físico como sucede con nuestro corazón físico que bombea sangre. El corazón espiritual es una confluencia de energía. Es en este lugar que nos señalamos cuando decimos “yo” (bien, la mayoría de nosotros lo hacemos; algunas personas se señalan sus cabeza :)) El corazón espiritual se halla en el medio del tórax, entonces no es en el mismo lugar que se encuentra el corazón (músculo) físico que está ligeramente hacia la izquierda y un poco hacia abajo. Podemos también desubicar a nuestro corazón espiritual según nuestras emociones. Sentimos emociones en la zona del ombligo (parte superior del vientre) pero también un poco más arriba. Puede que tengamos la impresión de que un cierto impulso proviene de nuestro corazón mientras que, en realidad, es una reacción emocional. Al practicar meditación aprendemos a distinguir de dónde provienen estos impulsos.
En yoga y textos de la India, el corazón espiritual es llamado Chakra Anahata. Es uno de los siete chakras principales –lugares donde podemos observar nuestra energía de vida (Prana, Chi, Qi). Al meditar en el Chakra Anahata podemos llevar a la luz nuestra energía interna y purificar otros chakras al mismo tiempo. En nuestra vida diaria llena de estrés y problemas emocionales, nuestra energía de vida se estanca fácilmente en estos chakras. Por ello es tan importante meditar en el corazón espiritual: nos ayuda a desbloquear eso. En Tai-Chi denominan Dantian Medio al mismo lugar, considerado como un centro muy importante de poder también; podemos ver entonces que es algo muy especial por cierto. Si te agrada aprender cómo meditar en tu corazón, visita alguna de nuestras clases.
Para aprender más sobre las diferencias entre el corazón y la mente, puedes mirar el siguiente clip breve (sólo en inglés por el momento). https://vimeo.com/208444769
“Creo en las intuiciones y en las inspiraciones…a veces SIENTO que estoy en lo correcto. NO SÉ lo que soy.”
~ Albert Einstein
Dentro del corazón reside el poder de la intuición. La intuición nos hace sentir la verdad. No necesitamos conocerla con nuestra mente; no necesitamos tener de ella una explicación racional. En verdad, podremos descubrir la explicación mucho después. Seguramente te habrás tropezado con el sentimiento de la intuición anteriormente. Te despiertas una mañana y de repente te das cuenta de algo. Simplemente SABES qué hacer o dónde está la verdad. Ves claramente dentro de la cuestión específica. Sabes cuál es la verdad. No has llegado a esta conclusión por medio de la lógica. Tan sólo la sientes y dentro tuyo sabes que es así. Con la meditación podemos profundizar esta habilidad y usarla con mayor frecuencia.
Compartimos a continuación un breve espacio poético de Mewlana Rumi, místico persa-turco:
“La delicia de la leche y la miel es el reflejo del corazón puro:
desde ese corazón de dulzura derivan todas las cosas dulces.
El corazón es la sustancia, y el mundo el accidente:
¿Cómo debería la sombra del corazón ser el objeto del deseo del corazón?
¿Es ese corazón puro el corazón que se enamora de las riquezas o del poder, o es sumiso a esta negra tierra y agua del cuerpo, o a las vanas fantasías que adora en la oscuridad por amor a la fama?
El corazón no es más que el Mar de Luz:
¿Es el corazón el lugar de la visión de Dios –y entonces ciego?”
~ Mewlana Rumi, persian-turkish mystic from 13th century
Desde el punto de vista espiritual el corazón es el asiento del alma. En verdad, el alma intenta penetrar el cuerpo entero, pero en el corazón está su hogar. Incluso fracasamos mayormente en ver o sentir su Luz. Tenemos que esforzarnos un montón para lograr eso. Es la verdadera razón por la cual meditamos: permitir que la luz interna de nuestra alma alcance el nivel físico. Esta Luz transforma lentamente nuestra vida. A veces podemos incluso ver esta Luz en el rostro de algunas personas (decimos entonces que ellas “brillan”).
“Escribe en tu corazón que cada día es el mejor día del año.”
~ Ralph Waldo Emerson, poeta norteamericano del siglo XIX
Como mencionamos al principio, el corazón es la máquina que transforma la aspiración(nuestro llanto interno que siempre avanza y crece) en progreso. Podemos considerar al progreso como una transformación continua de nuestros instintos y deseos del mundo animal en su contrapartida del nivel divino. El temor se transforma en coraje, la inseguridad en confianza, los celos en sentimiento de unidad, el odio en amor, etc. Pues bien, todos sabemos esto de los cuentos de hadas; aunque en la mayoría de los cuentos de hadas el héroe comienza teniendo estas buenas cualidades y las utiliza sólo para vencer al mal, mientras que en nuestro caso tenemos que alcanzar este estado primero. ¡Y lograrlo dentro de nosotros primero, no en los demás! Por lo tanto tenemos que llegar a ser héroes y heroínas también 🙂
